sábado, 23 de octubre de 2010

... la fe que unió a los mineros

Alex Vega (Terra.cl)
Durante esta semana, el mundo entero se alegro con la noticia del rescate de los 33 mineros que se encontraban a 700 mts. de profundidad, en la región de Atacama (Chile). Hombres que se vieron sometidos durante estos 65 días a grandes pruebas de sobrevivencia que iniciaron el 5 de agosto del presente año.

De frente a la tragedia nos encontramos con 3 grupos de personas que intervinieron directamente en el rescate: el gobierno (puso preocupación y dinero), la empresa contratada (ingenieros y técnicos encargados del rescate) y los mineros. Hoy, después de ver su rescate, la conclusión a la cual han llegado de manera unánime todos ellos, es que todo esto no hubiera sido posible si la Fe no hubiera estado presente. Por eso, sin lugar a dudas,  lo que ocurrió en la mina San José es un milagro.

El mismo presidente chileno Sebastian Piñera lo dijo a la cadena EFE, haciendo alusión a la frase bíblica: “La fe mueve montañas y movimos la montaña”. Esta fe posibilitó que después de 16 días, donde todos pensaban que estaban muertos, siguieran cavando hasta encontrarlos con vida. Esta misma fe permitió que a pesar que los planes A y C no funcionaban y se veía complicada la situación de rescate, el plan B si funcionó.

Esteban Rojas (prensalibre.cl)
Para muchos, incluso incrédulos, se han quedado con la boca abierta frente a lo vivido por este grupo de personas. "Numerólogos","astrólogos", "tarotistas" han querido dar otro significado a los sucedido en esta porción de Chile. Pero lo que verdadero sucedió fue que la fe no en cosas o en personas, fue una fe puesta en el ser superior, en Dios. Sin importar el credo religioso, ellos bajo tierra, en la superficie y en las oficinas se unieron y lograron sentir que esa fe era la que los iba a sacar de ahí. E igualmente, las personas que operaban la maquinaria manifestaban que solo Dios podía hacer posible lo que para el conocimiento humano era imposible. Las grandes rocas, las incapacidad el terreno, parecía que no iban a permitir la meta final, la posibilidad de generar un deslizamiento y sepultar a los 33 también se ponía como posible consecuencia de la intervención que estaban realizando. Pero Dios quería hacer “renacer” a los 33 y así lo permitió. Genero la solidaridad entre todos, poniendo un objetivo común, la lucha por alcanzar un fin hicieron posible lo que hoy disfrutamos ,ver a estos mineros con sus familias. Una virtud que unió al pueblo chileno que por mucho tiempo viene divido por guerras ideológicas.

Gracias a cada uno de estos hombres que nos recalcan la belleza de la fe, mientras en otros escenarios quieren suprimirla o lo peor ignorarla. Lo decía el minero Mario Sepulveda: “"Esto fue duro, pero me tocó a mí y me alegro. Estuve con Dios y con el diablo, en las manos de los dos, pero Dios me agarró". Esperemos que Dios nos agarre también a nosotros.