viernes, 18 de marzo de 2011

"Ve primero a reconciliarte con tu hermano"

Como me duele ser humilde...  es la letra de una canción de Martín Valverde, es muy difícil tener que aceptar mis errores y mis fallas. Es preferible simplemente que pase desapercibido o mejor que el tiempo se encargue de hacer su trabajo. Tener que acercarme a mi hermano o hermana y reconocer el valor y la dignidad de persona que como persona tiene, saber manifestarle mi sentido de la vida para llegar y decirle "lo siento, me he equivocado".
Es fácil simplemente pasar por encima de las personas, no respetar los pactos, no valorar el trabajo de los demás, en ocasiones arruinar su propia vida, todo sencillamente porque es lo que mi egoismo y mis deseos imponen.
Hablamos sobre los derechos humanos, sobre la violencia actual, sobre las dificultades sociales, pero en las relaciones interpersonales que son la base de la vida social nos perdemos. La dignidad del otro se encuentra por el suelo, hablamos sin medida, sin obstáculo y sin respeto. Hacemos conjeturas, telarañas mentales, peliculas irreales que hasta el mismo Spielberg estaría feliz de tener alguno de nuestros argumentos.
Tengo que recapacitar, mirar mi interior, descubrir donde he fallado y más aún tener la valentía de acercarme al hermano o la hermana a pedir disculpas, asumiendo las consecuencias de las acciones que he realizado. Ser humilde no es bajarte del trono, es subirte al puesto de la dignidad y del respeto. Dejemonos revelar en esta cuaresma 2011, aprovechemos este viernes de cuaresma.

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