jueves, 9 de diciembre de 2010

Los "crucificados" de San Miguel


                Encontrarme con el episodio que ha sucedido en la cárcel de San Miguel (Chile), me llena de una gran tristeza, hoy los cristianos estamos avisados, en "nuestros cristos" se encuentran los quemados de San Miguel y en los internos de San Miguel se encuentra nuestro Cristo.

                No podemos seguir cuestionado el sistema penitenciario, ya todos sabemos que es una basura, reconocemos también que muchos han trabajado por mejorarlo y confiamos que muchos seguirán en eso. El tema ahora es otro, es más de fondo, es denunciar nuestro estilo de vida que ha llevado a esto. Cómo estamos viviendo es cómo enseñamos a vivir. el tema ya no pasa por el hacer, sino por el ser.

 Simplemente no estamos viviendo como hermanos, no sería posible que estuviéramos tranquilos si es que nuestros hermanos de sangre fueran los quemados de San Miguel, pero el tema es que son más que nuestros hermanos de sangre, son nuestros hermanos y compañeros de humanidad y eternidad. Ahora.

                Nosotros seguimos a Cristo y a él nunca le importó la calidad moral de las personas a las que curaba y liberaba, no se fijaba en lo que habían hecho, solamente en su necesidad. Simplemente perdonaba. “son nuestros hermanos y están sufriendo”.

                Solidarizar con los pobres de san Miguel implica luchar contra todo lo que los destruye y crucifica, y eso amigos, y eso sociedad civil, debe tener costos, debemos pagar esos costos, costos en dinero, en tiempo, en afectos, en privilegios, en vida.  Sé que todos queremos que esto cambie, pero sólo cambiará cuando estemos dispuestos a amar renunciando.

Los chicos que llegan a las cárceles llegan por droga, alcohol y dinero, por la ilusión perversa de los medios de que en el consumo está la felicidad. Y nosotros nos podemos interpelar: al no ser hermanos de la pobreza evangélica, al no vivirla, estamos reproduciendo esa ilusión, estamos diciéndole a los chicos: “por aquí amigo, por aquí se es feliz”. Esta es una interpelación a los cristianos que queremos solidarizar con los pobres, solidarizar con ellos no exige hacerse pobre, pero solidarizar con ellos  a la manera de Jesús implica bajar a esa pobreza, hacerse pobre como él.

                Ahora amigo-hermanos-compañeros está es nuestra lucha, los pobres y crucificados de nuestro tiempo están en las cárceles de Latinoamérica, en san Miguel. Esta es ahora nuestra urgencia, eso son los pobres entre los pobres, ahí está el máximo dolor, ahí debe estar también nuestro corazón, nuestras manos, nuestro tiempo, nuestra inteligencia, nuestro amor.

                Le pedimos perdón a esas familias por nuestras inconsecuencias, por nuestra falta de amor que les quitó a sus hijos y parientes, Dios esto no lo ha querido, no quiere que sus hijos mueran así, pero podemos encontrar un para qué, y ese es ir en busca de ellos a las cárceles y que ellas dejen de existir.
                Y al final de la historia él nos diga: “vengan benditos de mi Padre porque entraron a las cárceles y terminaron con ellas”.

lunes, 29 de noviembre de 2010

... sobre wikileaks

Durante este fin de semana me llegó con fuerza el caso de Wikileaks, un portal de internet que difunde material clasificado de los gobiernos, sobretodo el norteamericano. En este espacio se divulga información que ha generado un "cablegate" como lo han llamado algunos en Twitter.Con el caso de “Wikileaks” nos encontramos con dos elementos interesantes de reflexionar: el uso ilegal de las fuentes o la claridad de los acontecimientos.
Hablo de “uso ilegal” porque la manera en que esta organización se ha apoderado de la documentación que presenta no se ha aclarado y hace parte de las grandes dudas sobre el material que en su portal de internet se presenta, se puede hacer uso de un material del cual se desconoce su origen y autenticidad?
Y “claridad de los acontecimientos” porque se habla tanto de las guerras en el Asia cercana, pero en ciertas momentos se generan tantas dudas de lo que verdaderamente allí sucedió: ¿cuáles eran los verdaderos motivos para Estados Unidos realizar esas acciones? ¿qué sucedió allí verdaderamente?
Hoy el mundo de la diplomacia se encuentra entre la espada y la pared de frente a estos documentos que se revelan durante estos días. Para mi como sacerdote comunicador igualmente me interpela el uso de la información. ¿Vale la pena poner en riesgo la seguridad de las naciones por información que no se sabe su procedencia o la manera en que llego a las manos de quienes las difunden, o la verdad esta por encima de cualquier medio que se use para alcanzarla?
Se dice muchas veces que el fin justifica los medios, pero hasta que punto el medio distorsiona el fin. Pienso que hay una tarea difícil de responder de frente a este fenómeno, pero dejo en manos de quienes tienen la información la conciencia de difundirla. Por mi parte, considero que la prensa no es el juez idóneo para clarificar la verdad que lo que allí sucedió.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Informar o desacreditar


Con tristeza descubro como el períodico “El Tiempo” de mi país, demuestra en sus artículos su tendencía a hablar mal de la Iglesia Católica. Son pocas las situaciones positivas que este diario le reconoce a nuestra comunidad eclesial. Donde solo la mirán, a través de la jerarquía, para acusarla, desprestigarla, fomentar el odío y la negatividad hacia una institución que lucha cada día por cumplir su misión: “Anunciar el amor de Jesucristo”.
Durante el año 2010 el periódico lleva escritos 646 artículos que hablan sobre la iglesia católica, teniendo mayor presencia durante los meses de marzo, abril y julio, (ver las estadísticas) pero la pregunta es: ¿de que manera se escriben esas noticias?
Entro frecuentemente a ver el diario, en su versión digital, y me gusta leer lo que aparece sobre mi iglesia. Parece ser que lo único que hay para comentar de ella son los casos de pederastia o los privilegios de la iglesia en la sociedad. Pocas, muy pocas veces he podido entrar al portal y descubrir noticias positivas a la labor que la iglesia realiza.
No se si hospitales, centro de estudios, asilos, guarderías, no ayudan a descubrir una labor valiosa de la iglesia… que estamos presentes en la selva, en el llano, en la costa o en la montaña… lugares donde ni el mismo Estado ha podido llegar, no significará algo?. Bueno,  me gustaría saber cual es la verdadera motivación que lleva a los periodistas de este diario de circulación nacional a escribir sus noticias: informar o desacreditar.
Se que la noticia no es que un perro muerda a un hombre, sino que el hombre muerda al perro… pero el saber que hay tantos hombres y mujeres que día a día entregan su vida por un noble ideal al servicio de los demás creo que vale más que una simple mordida.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Lo público y lo privado en el ciberespacio... tan simple como una galleta


Durante esta semana me encuentro con dos temas bastante inquietantes: la falta de claridad en el concepto de vida privada y vida publica, de lo cual se desprende una búsqueda “desenfrenada” por meterse en la intimidad de los demás.
El ciberespacio pasa de ser una realidad virtual que se encuentra en la “telaraña” de computadores y servidores del mundo entero, ha presentarse como un espacio que influencia de manera directa el mundo real.. Podríamos llegar a decir que ésta red de computadores que en un momento  fue pensada para intercomunicar y transmitir datos, se ha convertido en el espacio social casi imprescindible y en muchas áreas desplazando incluso la relaciones tradicionales
Esta dimensión tiene sus ventajas y desventajas, estamos hablando de una “influencia” o sea penetra la vida de las personas y desde aquí puede ser usado tan positivamente como: mantener relaciones de amistad, agilizar las transacciones bancarias, adquirir bienes y servicios; pero igualmente para violentar, atemorizar, engañar  y hostigar a las personas.
El Santo Padre lo advierte“…en la comunicación hoy tiene un peso cada vez mayor el mundo de la imagen con el desarrollo de tecnologías siempre nuevas; pero si por una parte todo esto conlleva indudables aspectos positivos, por otra, la imagen también puede convertirse en independiente de la realidad, puede dar vida a un mundo virtual, con varias consecuencias, la primera de las cuales es el riesgo de la indiferencia respecto de lo verdadero. De hecho, las nuevas tecnologías, junto con los avances que aportan, pueden hacer que lo verdadero y lo falso sean intercambiables; pueden inducir a confundir lo real con lo virtual. Además, se puede presentar un acontecimiento, alegre o triste, como si fuera un espectáculo y no como ocasión de reflexión. La búsqueda de los caminos para una auténtica promoción del hombre pasa entonces a un segundo plano, porque el acontecimiento se presenta principalmente para suscitar emociones. Estos aspectos suenan como una alarma: invitan a considerar el peligro de que lo virtual aleje de la realidad y no estimule a la búsqueda de lo verdadero, de la verdad.” (Benedicto XVI, Discurso a los periodistas, 2010)
Se pasa del valor de la vida pública al “morbosismo” de penetrar la vida privada de los demás. Un afán desenfrenado por mirar: ¿que sitios visita? ¿a que redes pertenece? Hasta que piensa, come, compra, viaja, en fin… y todo esto a partir de una galleta (cookie) que recoge la información de la vida de todos y se vende al mejor postor.
De verdad, ¿podemos hablar de privacidad en la era del ciberespacio?
La compañía S21sec dedicada a la seguridad informática tiene un decálogo para hacer uso de las redes sociales de manera segura, voy a transcribir esos consejos porque me parecen muy útiles y necesarios.
 
1.- No indiques datos personales como tu dirección, trabajo o teléfono. Esta información puede facilitar tu búsqueda a personas ajenas a tu entorno y de las que no puedes conocer sus intenciones.
2.- Utiliza una contraseña compleja y difícil de adivinar para tu cuenta de usuario. Si otra persona llega a descubrirla podrá acceder completamente a toda la información que tengas almacenada y si lo desea suplantar tu identidad en la Red. Según un estudio de ENISA sobre riesgos en los mundos virtuales, el robo de identidad es el problema que más se lleva a cabo.
3.- Si decides incluir información sobre tus gustos, aficiones o preferencias ten en cuenta que puedes sufrir un bombardeo de publicidad no deseada relacionada con los datos suministrados.
4.- Algunas redes ofrecen la posibilidad de utilizar tu cuenta de correo electrónico para localizar a tus amigos basándose en tu lista de contactos. Ten en cuenta que, si aceptas esta opción, debes suministrar la contraseña de acceso a tu cuenta de correo, por lo que existe el riesgo de que puedan acceder también a tus mensajes.
5.- No incluyas datos bancarios o de tus tarjetas de crédito. Si deseas realizar una compra o efectuar un pago por Internet verifica y utiliza los medios de pago seguros habituales. (conexión https:, Verified by visa, tarjeta prepago, …)
6.- No des nunca información sobre tu situación laboral, familiar o futuros planes y viajes. Con esta información alguien puede saber que tú o tu familía estaréis ausentes del domicilio y facilitar así un posible robo.
7.- Cuando subas fotos o videos ten en cuenta que algunas redes sociales obligan a aceptar la cesión de la gestión de ese material, por lo que tu privacidad puede verse gravemente afectada.
8.- No publiques fotos comprometedoras sin restringir quiénes serán las personas que tendrán acceso a las mismas.
9.- No confíes siempre en todo lo que encuentras en la red, y en especial en las opiniones que puedas encontrar sobre temas “comprometidos” ya que no tienes garantía de su veracidad y puede tratarse de un cebo para captar tu interés y tratar de ganar tu confianza.
10.- Antes de añadir un nuevo contacto a tu lista de amigos trata de informarte bien sobre él y valora si debes incluirlo o no preguntando a tu grupo de amigos más cercano y de tu confianza.







sábado, 23 de octubre de 2010

... la fe que unió a los mineros

Alex Vega (Terra.cl)
Durante esta semana, el mundo entero se alegro con la noticia del rescate de los 33 mineros que se encontraban a 700 mts. de profundidad, en la región de Atacama (Chile). Hombres que se vieron sometidos durante estos 65 días a grandes pruebas de sobrevivencia que iniciaron el 5 de agosto del presente año.

De frente a la tragedia nos encontramos con 3 grupos de personas que intervinieron directamente en el rescate: el gobierno (puso preocupación y dinero), la empresa contratada (ingenieros y técnicos encargados del rescate) y los mineros. Hoy, después de ver su rescate, la conclusión a la cual han llegado de manera unánime todos ellos, es que todo esto no hubiera sido posible si la Fe no hubiera estado presente. Por eso, sin lugar a dudas,  lo que ocurrió en la mina San José es un milagro.

El mismo presidente chileno Sebastian Piñera lo dijo a la cadena EFE, haciendo alusión a la frase bíblica: “La fe mueve montañas y movimos la montaña”. Esta fe posibilitó que después de 16 días, donde todos pensaban que estaban muertos, siguieran cavando hasta encontrarlos con vida. Esta misma fe permitió que a pesar que los planes A y C no funcionaban y se veía complicada la situación de rescate, el plan B si funcionó.

Esteban Rojas (prensalibre.cl)
Para muchos, incluso incrédulos, se han quedado con la boca abierta frente a lo vivido por este grupo de personas. "Numerólogos","astrólogos", "tarotistas" han querido dar otro significado a los sucedido en esta porción de Chile. Pero lo que verdadero sucedió fue que la fe no en cosas o en personas, fue una fe puesta en el ser superior, en Dios. Sin importar el credo religioso, ellos bajo tierra, en la superficie y en las oficinas se unieron y lograron sentir que esa fe era la que los iba a sacar de ahí. E igualmente, las personas que operaban la maquinaria manifestaban que solo Dios podía hacer posible lo que para el conocimiento humano era imposible. Las grandes rocas, las incapacidad el terreno, parecía que no iban a permitir la meta final, la posibilidad de generar un deslizamiento y sepultar a los 33 también se ponía como posible consecuencia de la intervención que estaban realizando. Pero Dios quería hacer “renacer” a los 33 y así lo permitió. Genero la solidaridad entre todos, poniendo un objetivo común, la lucha por alcanzar un fin hicieron posible lo que hoy disfrutamos ,ver a estos mineros con sus familias. Una virtud que unió al pueblo chileno que por mucho tiempo viene divido por guerras ideológicas.

Gracias a cada uno de estos hombres que nos recalcan la belleza de la fe, mientras en otros escenarios quieren suprimirla o lo peor ignorarla. Lo decía el minero Mario Sepulveda: “"Esto fue duro, pero me tocó a mí y me alegro. Estuve con Dios y con el diablo, en las manos de los dos, pero Dios me agarró". Esperemos que Dios nos agarre también a nosotros.



sábado, 3 de abril de 2010

... es el tiempo Pascual (H. San Juan Crisostomo)

"Aquél que es devoto y amante de Dios, que disfrute de esta magnífica y brillante fiesta. Aquél que es un siervo agradecido, que entre alegremente en el gozo del Señor. Aquél que está cansado en ayuno, que reciba ahora el denario de recompensa. Si alguien ha trabajado desde la primera hora, que reciba su gratificación correspondiente. Si alguien ha llegado después de la tercera hora, que participe en la fiesta agradecido. Aquél que llega después de la sexta hora, que no dude: él nada pierde. Si alguien ha demorado hasta la novena hora, que se aproxime, sin vacilación. Aquél que llega en la undécima hora, que no tema a causa de su demora, porque el Señor es de gracia y de generosidad. El recibe tanto a los últimos como a los primeros. El concede descanso al que viene en la undécima hora, igual como aquél que ha trabajado desde la primera hora. El tiene misericordia del último, y satisface al primero. A aquél da, y a éste regala. El recibe las obras y acepta la intención. Honra los hechos, y alaba el empeño.
Por lo tanto, entrad vosotros todos al gozo de vuestro Señor. Los primeros y los últimos, tomad vuestra recompensa. Ricos y pobres, regocijaos y alegraos juntos. Porque la mesa está llena, deleitaos de ella todos. El ternero está cebado entero; que nadie se retire con hambre. Regocijáos todos del banquete de la fe. Disfrutad de todas las riquezas de la bondad. Que nadie se queje de su pobreza, porque el Reino Universal se ha manifestado. Que nadie se lamente a causa de los pecados, porque el perdón ha surgido resplandeciente del Sepulcro. Que nadie tema la muerte, porque la muerte del Salvador nos ha librado. Porque destruyó la muerte cuando ésta se apoderó de El. Aquél que descendió al infierno aniquiló al infierno; y lo hizo experimentar la amargura; cuando éste tomó su Cuerpo. Esto predijo Isaías cuando exclamó diciendo: "El infierno fue amargado, cuando Te encontró abajo. Ha sido amargado, funestamente, porque ha sido destruido. Ha sido amargado porque ha sido encadenado. Recibió un Cuerpo, y he aquí que era Dios. Tomó tierra, y encontró Cielo. Tomó lo visible, y fue vencido invisiblemente. ¿Oh muerte dónde está tu poder? ¿Oh infierno dónde está tu victoria? Cristo resucitó, y fuiste aniquilado. Cristo resucitó, y fueron arrojados los demonios, Cristo resucitó y los ángeles se regocijaron. Cristo resucitó y reinó la Vida. Cristo resucitó, y los sepulcros se vaciaron de los muertos. Porque Cristo habiendo resucitado de entre los muertos, fue el Primogénito de entre los muertos, a El sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos, amén."

jueves, 18 de marzo de 2010

... en qué Dios?

En el evangelio de Juan no se habla de imágenes de Dios. Se habla de algo más profundo: del misterio de creer en Dios mismo. Pero ¿en qué Dios? Moisés hizo añicos el becerro de oro, porque confundían a su Dios con el oro o con un toro sagrado. Y contra esa iniquidad fulmina desde el cielo rayos incandescentes. El Dios de nuestra fe ha de ser un Dios puro, espiritual. 
Pero ¿qué nos sucede cuando Jesús -u otro maestro o profeta-  nos revela el rostro verdadero de Dios en términos de Amor, Paternidad, Misericordia, y nos da a su Hijo para nuestra salvación? ¿Le creemos de verdad y nos entregamos a él? Los signos de amor, paternidad, misericordia, compasión están ahí; pero no creemos. Nos falta grandeza de mente y corazón.
Danos, Señor, un corazón puro en el amor, una mente limpia en la verdad, una búsqueda constante de Ti, para que, cuando hables, te escuchemos, acojamos, adoremos; y que cuando actuemos lo hagamos a conciencia!

miércoles, 17 de marzo de 2010

... palabra de Vida

Muchas veces, Jesús había hecho referencias al Padre, pero siempre marcando una distinción: la Paternidad de Dios es diferente si se trata de Cristo o de los hombres. Y los judíos que le escuchaban le entendían muy bien: no era Hijo de Dios como los otros, sino que la filiación que reclama para Él mismo es una filiación natural. Jesús afirma que su naturaleza y la del Padre son iguales, aun siendo personas distintas. Manifiesta de esta manera su divinidad. Es éste un fragmento del Evangelio muy interesante de cara a la revelación del misterio de la Santísima Trinidad.
  Entre las cosas que hoy dice el Señor hay algunas que hacen especial referencia a todos aquellos que a lo largo de la historia creerán en Él: escuchar y creer a Jesús es tener ya la vida eterna (cf. Jn 5,24). Ciertamente, no es todavía la vida definitiva, pero ya es participar de la promesa. Conviene que lo tengamos muy presente, y que hagamos el esfuerzo de escuchar la palabra de Jesús, como lo que realmente es: la Palabra de Dios que salva. La lectura y la meditación del Evangelio ha de formar parte de nuestras prácticas religiosas habituales. En las páginas reveladas oiremos las palabras de Jesús, palabras inmortales que nos abren las puertas de la vida eterna. En fin, como enseñaba san Efrén, la Palabra de Dios es una fuente inagotable de vida.

martes, 16 de marzo de 2010

... abrir nuestra estrechez

Nuestra condición humana, más que centrarnos en las soluciones, nos centra en los alrededores de ella. El enfermo de Betesda, a la pregunta de Jesús de que si quería quedar sano, contesta con una algo totalmente distinto a la pregunta en cuestión. Aprovecha la ocasión para lamentarse, para sacar fuera toda la frustración que lleva de estar postrado por 38 años; desanimado porque nadie se apiada de él y lo mete en la piscina. Toda la experiencia vivida no le deja oír claramente lo que se le pregunta, mucho menos responder. Pero Jesús, que conoce mejor que nosotros mismos lo que necesitamos da la sanación física al enfermo. Igualmente, Jesús se preocupa por su sanación espiritual. No quiere que tampoco sea sumergido de nuevo en el pecado.

Oh Señor, abre mi mente, mi oído y mi corazón a tus palabras. Libera esta condición humana de su estrechez y permíteme seguirte y dar la respuesta de mi parte que esperas.

lunes, 15 de marzo de 2010

... sobre creerle a Jesús

Ya en este camino de confianza nos hemos encontrado con la conclusión que no es lo mismo “creer en Jesús” que “creerle a Jesús”. Creerle a Jesús implica aceptar su palabra por ilógica e irracional que ésta pudiera parecer. El padre de este muchacho le “creyó a Jesús” y se encontró con su hijo sano. Un problema que se extiende en nuestro cristianismo es la falta de congruencia entre nuestra fe y nuestra vida. Si nosotros preguntamos a nuestro alrededor nos encontraremos, sin mucha sorpresa, que la mayoría son cristianos, es decir hombres y mujeres que creen a Jesús. Sin embargo con tristeza nos damos cuenta que algunos (que a veces deberíamos de decir: muchos) dan un testimonio de vida bastante lejana a lo que Jesús nos ha ensañado. Ser buen cristiano implica creer en Jesús pero también creerle a Jesús y hacer lo que el nos pide en el evangelio… tenerlo como verdadera Maestro y Señor de nuestras vida. ¿Tú eres de los que simplemente cree en Jesús, o de los que han decidido hacer de su Palabra una norma de vida?

domingo, 14 de marzo de 2010

... en mis cegueras


Hoy he decidido mirar otro de los evangelios propuestos para este domingo, donde me he encontrado con un ciego. Pero, ¿Es el relato de un milagro? No, Juan despacha el milagro en un par de versículos de los 41 del relato. Narra despacio el proceso de la fe. Al principio, todos ciegos. Al final, uno curado y muchos ciegos. (...) El ciego sale de la noche: "¡Creo en ti Señor!". Los judíos se sumergen en la noche: "Ese Jesús es un pecador".
¡Un ciego maravilloso! Patrono de los que buscan la luz. Sube obstinadamente hacia el misterio de Jesús, sin dejarse asustar por los que "saben", y bromeando con ellos cuando los demás tiemblan. Juan escribe aquí su página más viva, salpicada de preguntas y sobresaltos: ¿Quién es ése? ¿Qué ha hecho? ¿Dónde está? ¿Quién es? Y tú, ¿qué dices de él? ¡Ese hombre no viene de Dios! Pero, ¿cómo puede hacer signos semejantes? ¿Eres tú discípulo de ese hombre? ¡Desde el nacimiento eres pecador! Ellos dicen "nosotros sabemos", y se ciegan a sí mismos. Él responde: "Yo no sé nada", y ve surgir poco a poco la luz; dice: "el hombre"; luego: "viene de Dios"; y finalmente: "¡Señor!". Puede leerse una y mil veces el evangelio sin ver a Jesús.
Desde el comienzo, Juan no deja de repetirlo: "La luz brilla en la noche, pero la noche no capta la luz" (Jn 1. 5). Ante el ciego que lo "ve" y los fariseos que lo miran sin verlo, Jesús se siente obligado a constatar lo que ocurre cuando él aparece: "Los ciegos ven y los que ven se hacen ciegos".
¡Pero yo sé! ¡Yo veo! No; "intentamos" ver. En cada página, día tras día. Somos ese ciego a quien Jesús da ojos dos veces: primero, para mirarlo, y luego para verlo. Hasta el último momento de nuestra vida, no dejemos de repetir la misma oración: "Jesús, dame ojos para verte".

sábado, 13 de marzo de 2010

... de nosotros

Conozco a muchos hombres "coherentes". Al menos si vamos al sentido etimológico de la palabra. Lo que se piensa "está unido" con lo que se hace. Así, Bin Laden fue "coherente". A Milosevich lo están juzgando por ser "coherente". Y ejemplos de todos los signos se podrían extender ad infinitum. Se trata de este tipo de personas a las que en su epitafio les gustaría esculpir sin ningún escrúpulo aquella frase de: "no me arrepiento de nada". Vemos ya por dónde va esta coherencia. La misma que aducía el fariseo. Él cumplía con todo lo establecido y, de este modo, convirtió su oración en un alegato contra "lo mal que está el mundo" y lo "buenos que somos algunos", "las personas de orden". Erguido en su orgullo el fariseo informaba a Dios de sus bondades, de la propia satisfacción, de lo cumplidor que era, para así poder garantizar que Dios atendiera su oración. Si era justo, tenía derecho a que Dios le hiciera justicia. Pero entonces, ¿qué justificación podía recibir de Dios?... Conviene recordar que la Iglesia, a lo largo de su historia, siempre ha tenido una conciencia clarísima de no ser la Iglesia de los buenos, los puros, los justos, los selectos, y ha intentado corregir las desviaciones en ese sentido afirmando una comunidad de santos y santas necesitados permanentemente de una purificación continua.
También conozco a hombres "auténticos". Lógicamente tratan de llevar a la práctica lo que piensan. Ahora bien, se saben frágiles y, a la vez, fuertes para confesar su limitación en un clamor "lo siento". Como el publicano, como el que se reconoce pecador, y mira hacia sí mismo, a su interior, y se pone sinceramente ante Dios presentándose en su verdadera debilidad. Ése es el que obtiene compasión y sale justificado de su oración, o sea, tiene la aceptación de Dios.
El gran "defecto" de Dios es que tiene debilidad por el hombre. Desea que cada hombre o mujer, lance un grito a su misericordia para poder inclinarse a su súplica y amarle. Desea que los "coherentes fariseos" salgan del reducto de su centralismo y menosprecio, para hacerles entrar también en la fiesta de los que desde su autenticidad y fragilidad construyen un reino de paz, de derechos humanos, de solidaridad.
Con Dios no valen los "cumpli-mientos". Solo cuenta la sinceridad.

viernes, 12 de marzo de 2010

... como amar?

En este camino de confianza, hoy nos encontramos con el tema del amor, se encarece la vida en el amor, se fijan algunas líneas y orden en el amor; todo queda iniciado y acaba perfeccionado en el amor.
Pero ¿de que amor hablamos? Del amor verdadero. No del amor ‘propio’ que envenena las cosas, ni del amor ‘pasional’ que entenebrece la mirada y la mente, ni del amor ‘al dinero’ o ‘al poder’  que para elevarse a sí mismo machaca a los demás, ni del amor ‘patrio’ que declara la guerra a los demás porque le hacen sombra. Hablamos del amor que florece en corazones nobles, honrados, caritativos, respetuosos de los demás, solidarios con los más débiles o necesitados, cumplidores de la justicia...


Démonos cuenta de que ese ‘amor’ quiere unir cielo y tierra, Dios y hombres, personas humanas, cosmos y espíritus. Se trata de un amor para el que siempre hay un lugar reservado en el corazón.


En la vida otras piezas pueden fallar, pero el amor verdadero no puede faltar.  Sin embargo, da la impresión de que entre muchos mortales escasea el amor verdadero, generoso, magnánimo... Nos lo hacen ver los profetas, pues casi siempre se dirigen a conciencias adormecidas, insensibles al reclamo de la verdad-amor...


Conviene que no nos engañemos con palabras. Para amar de verdad  hay que hacer caminos de fidelidad probada. Si no fuere así, todo serían palabras, palabras y palabras. 


El amor ha de ser:


Único: dirigido al único Dios y Señor. Si se divide, entre Dios y el diablo, no es válido.


De todo corazón: sin resquicio alguno, y poniendo en tensión todas las vísceras.


Con toda el alma: abrazando cuerpo y espíritu, exterioridad e interioridad profunda.


Con toda tu mente: que no consista en meros impulsos sino que goce de luz, de verdad, para que ideas engañosas, egoístas y manipuladoras, no turben la unidad y armonía.


Y esa misma intensidad del amor habría que aplicarla gradualmente a nuestra relación mutua entre los hombres: en solidaridad, justicia, gratuidad, sacrificio, desprendimiento, cercanía. Jesús nos ha puesto las cosas muy difíciles, pero por ahí va el camino de la perfección o santidad de vida.

jueves, 11 de marzo de 2010

... la división

El corazón del Pueblo elegido está herido, dividido, carcomido por bajos intereses, y los oráculos del profeta son tan duros que pueden dejar una mala sensación. Pero conviene recordar que se producen en tiempos de un rey, Joaquín, en que (como en el nuestro siglo XXI) había muchos oídos sordos a la voz de Dios y mucha corrupción de corazones, sentimientos, justicia, religión, piedad.
De esa incoherencia y división interior-exterior nace la urgencia profética por provocar un cambio de corazones que haga posible el reencuentro de Dios con su pueblo en la verdad, en la justicia, en la paz. Es el tema en que vuelve a insistir Jesús cuando le acusan de hacer maravillas en nombre del Belcebú que habita en su interior. Infelices mortales, les dice, ¿no sabéis que corazón dividido, reino dividido, pueblo dividido, están siempre amenazados de crisis y ruina? Sólo la armonía y unidad interior, la armonía y unidad familiar y social, la armonía de espíritu entre Dios y el hombre son fuente de bienestar.
Cuidemos, pues, ese tesoro de armonía, unidad, paz, coherencia, verdad; y eduquémonos en su rica experiencia evitando la corrupción interior y mimando hasta los detalles o tildes de una convivencia en justicia, amor y paz.

miércoles, 10 de marzo de 2010

... de la mente

Ya hemos avanzado mucho en este camino de confianza, hoy Jesús nos invita a no dar lo mínimo, sino a darlo todo. El no vino a abolir la ley sino a darle plenitud. Por eso hoy me invitaba, ya que nos hacemos revisiones médicas periódicas, no lo es menos hacer también revisiones espirituales más a menudo, puesto que es muy fácil enfermar. Y, ¿De qué enfermedades debemos examinarnos?
La primera que nos propone examinar el gran médico de almas es la de los malos pensamientos y homicidios interiores: ¿sabemos juzgar con bondad y benevolencia las acciones de los demás conservando siempre su imagen positiva? ¿Engrandecemos sin motivo los pequeños fallos del prójimo e incluimos maldad donde no existe matando en el interior su buena fama? Reflexionemos, y si encontramos síntomas negativos el remedio inmediato es perdonar lo que realmente vemos de maldad sin engrandecerlo y sobre todo saber encontrar las virtudes y las buenas intenciones de los demás.
La segunda es la del pudor interior: ¿respetamos la intimidad e integridad de las personas con las que tratamos y nos topamos diariamente o por el contrario, creamos una serie de imaginaciones, intenciones y deseos en que las películas indecentes se quedan cortas? Juzgue usted. En este caso el jarabe más eficaz es el de no permitir que nuestra mente, imaginación y corazón sea el escenario de tan nocivas proyecciones, sino respetar la integridad de los demás y la mía. Todo lo que se cultive ahí saldrá de una u otra manera a relucir.
Por esta ocasión es suficiente con el análisis de esas dos infecciones. Lo que nos queda es conservar la salud o recuperarla cuanto antes, apoyándose siempre en Aquel que lo puede todo.

martes, 9 de marzo de 2010

... del hermano


Cuando miro el mundo de hoy cada día me entristezco al descubrir que una de las cosas que más nos hace falta es la “misericordia”. Cada día somos más duros, rigidos, hemos llegado incluso a la intolerancia y la insensibilidad. 
Llena de tristeza aún más al descubrirnos como cristianos, que deberíamos estar llenos del amor de Dios, continuan con la “ley del talión”. Incluso, esperando el momento del error del hermano para echarselo en cara.… sin embargo esta no fue la pedagogía de Jesús, y no es la manera como nos trata el Padre.  
Jesús nos dijo: “Sean perfectos como el Padre Celestial es perfecto”. Y ¿cuántos de nosotros los somos? Y por no serlo, ¿Jesús nos desprecia o nos humilla? Ciertamente no. Respeta nuestro proceso, nos alimenta con amor y de esta manera nos permite experimentar su misericordia. Aprendamos a ver hacia nosotros mismo. Así descubriremos toda nuestra miseria. Esta es la base para tratar a los demás con dulzura y compasión, pues si siendo lo que soy, Dios me trata con amor, con cuánta más razón no lo haré yo con mis hermanos, que la verdad, son mejores que yo. 
En este camino de confianza en que estamos avanzando, es bueno mirar a nuestro hermano con amor, descubriendo todas las cualidades que porta y olvidando sus fallas o limitaciones que, de seguro, no son trascendentales. Aprende a perdonar para que te perdonen.

lunes, 8 de marzo de 2010

... profeta

En nuestro mundo actual me sigue impresionando la gente que me dice que su dificultad para creer en Dios desaparecería si el mismísimo Jesucristo bajara del cielo rodeado de "gloria y esplendor", se les colocara al lado y les dijera con voz profunda: "Soy yo y existo. Ahora ya puedes creer". Entonces ellos caerían de rodillas, como Tomás, y exclamarían: "Señor mío y Dios mío". Aplicado a una curación, la situación requeriría ¡qué menos que una gran invocación acompañada de algún gesto llamativo!, es decir, un milagro espectacular.
También así pensaba Naamán. Pero Eliseo simplemente le manda recado de que vaya a bañarse siete veces al río. ¡Qué humillación para un militar a quien el valor se le supone! ¡Qué desaire para todo un general! ¡Solamente "unos baños" y transmitido por un mensajero raso! Y, sin embargo, persuadido por sus criados, se bañó y quedó curado. Y la curación le llevó a exclamar a voz en grito: "Ahora reconozco que no hay dios en toda la tierra más que el de Israel".
Queremos prodigios, buscamos seguridades absolutas y nos cuesta descubrir a Dios en lo sencillo, en lo cotidiano, en nuestra propia tierra. Los profetas-acontecimiento y los profetas-persona no son escuchados entre los suyos. La historia se repite en el evangelio, pero ambos relatos persiguen transmitir un mensaje común: el poder del Señor alcanza a todos los hombres, incluidos los enemigos de Israel, como en el caso del general sirio. ¡Blasfemia!, podría haber dicho cualquiera de los que en la sinagoga escucharon a Jesús. La salvación es monopolio judío. Dios es hebreo.
Mas Jesús quiere hacerles ver que Dios no tiene miras tan estrechas, sus horizontes son más amplios. La salvación de Cristo es para todos los hombres, para todos los pueblos, para todas las razas y naciones. Hoy se rechaza al profeta de manera diferente, hoy ya no se les busca para matarlos (al menos físicamente)… simplemente se les ignora. Pensemos incluso nosotros mismos cuantas veces  hemos escucha a Jesús en la Misa, en un retiro, en una conversación, etc… y cuantas veces hemos escuchado sus palabras?
¿Cuántas veces nos ha mandado diferentes profetas en la persona de nuestros padres, maestros, amigos, sacerdotes buscando un cambio en nuestra vida, buscando nuestra conversión y nosotros simplemente hemos dejado que la palabra o el consejo entre por un oído y salga por otro? Ciertamente nosotros no hemos buscado despeñar a Jesús desde la barranca, pero ¿cuántos de nosotros lo tenemos silenciando dentro de en un cajón o lleno de polvo en un librero? La Cuaresma nos invita a abrir, no solo nuestro corazón, sino toda nuestra vida al mensaje de los profetas… al mensaje de Cristo, a su Evangelio y a su amor. No desaprovechemos este camino de confianza. No hace falta matar dragones. Al final, como en el salmo 50, tan propio de estas fechas, Dios no quiere ni sacrificios ni holocaustos. El único sacrificio agradable a Dios es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado es lo único que Dios jamás se atreve a despreciar. Porque cuando el hombre se pone de rodillas, Dios queda desarmado.

domingo, 7 de marzo de 2010

... un serio compromiso


“… el que se cree seguro, ¡cuidado! no caiga.” 1Cor.10,12. No podremos sentirnos seguros, hoy y siempre, estamos llamados a vivir nuestra fe, no como un sistema de leyes que cumpliéndolas nos dan seguridad y que luego podríamos decir “soy bueno”, la fe se debe vivir como la apuesta decidida y valerosa por trabajar a favor de la fraternidad. Es un estilo de vida, no a una nueva religión, a lo que Jesús está invitando a los que quieran seguirle. Lamentablemente, sigue siendo corriente enconrtar personas con ideología de creyente, pero que en la práctica nada los diferencia de los no creyentes (racismo, afán de lucro, desprecio hacia los pobres, búsqueda de prestigio, el trato con los poderosos), en fin: el comamos y bebamos, con mucha seguridad de que mañana moriremos y poca convicción de que hay otra realidad.
Les sugiero 4 pasos que nos presenta la liturgia dominical y que nos ayudan en este camino de confianza:
-De la riqueza, tenida o deseada, disfrutada o anhelada, tomada, en definitiva, como aspiración fundamental en la vida, a la solidaridad con los pobres, hombres o pueblos; solidaridad que no sea simple discurso o mera compasión, misericordia o beneficencia; solidaridad que sea liberadora.
-De la vida cómoda, basada en la ley del mínimo esfuerzo, la ganancia fácil, la sopa boba, el vivir del cuento, el tráfico de influencia, el abuso de poder, la prevaricación..., a la solidaridad con los oprimidos, hombres o pueblos; solidaridad eficaz, que cambie realmente las condiciones de vida de los que sufren persecución o marginación; solidaridad que no cierre los ojos ante estos problemas o se tranquilice pensando que basta con desplazarlos de sitio para que, desaparecido del propio horizonte, desaparecidos para siempre.
-De la vida sujeta a mil ataduras, artificiales y superfluas, a la libertad necesaria para servir al hombre y a la sociedad; no podemos olvidar cómo la publicidad alardea de crear necesidades (o sea, innecesarias) para vender productos, hacer pensar lo absolutamente imprescindible que son miles y miles de cosas para vivir, y llegar a convertir al hombre en un ser dependiente de tales productos, o de trabajar y ganar más y más para poder hacerse con ellos. Una vida obsesionada con ganar para comprar, con cuidar el físico o cultivar ciertos círculos de una vida esclava, que no tiene ni tiempo ni oportunidad para dedicarse a aquello a lo que el hombre debe dedicarse: servir sirviendo a los demás.
-De la vida dedicada a cumplir para tener contento a Dios, a la vida dedicada a crear fraternidad; de la vida en la que Dios es alguien temible a quien hay que procurar no enfadar, a la vida de quienes se saben hijos y, por tanto, amados incondicionalmente por Dios. La vida dedicada a cumplir normas para agradar a Dios termina por convertirse en una vida estéril, inútil, absurda, pues el único modo de agradar a Dios es vivir la fraternidad.

sábado, 6 de marzo de 2010

...dejarse amar por Dios

Pero la parábola del Hijo Prodigo nos pone ante una alternativa en este camino de confianza: ¿en cuál de las tres figuras nos vemos reflejados?
¿Actuamos como el padre? El respeta la decisión de su hijo, aunque seguramente no la entiende ni la acepta. Y cuando le ve volver le hace fácil la entrada en casa. ¿Sabemos acoger al que vuelve? ¿le damos un margen de confianza, le facilitamos la rehabilitación? ¿o le recordaremos siempre lo que ha hecho, pasándole factura de su fallo? El padre esgrimió, no la justicia o la necesidad de un castigo pedagógico, sino la misericordia. ¿Qué actitud adoptamos nosotros en nuestra relación con los demás?
¿Actuamos como el hijo pródigo? Tal vez en algún periodo de nuestra vida también nos hemos lanzado a la aventura, no tan extrema como la del joven de la parábola, pero sí aventura al fin y al cabo, desviados del camino que Dios nos pedía que siguiéramos.
Cuando oímos hablar o hablamos del «hijo pródigo», ¿nos acordamos sólo de los demás, de los «pecadores», o nos incluimos a nosotros mismos en esa historia del bien y del mal, que también existen en nuestra vida? ¿Nos hemos puesto ya, en esta Cuaresma, en actitud de conversión, de reconocimiento humilde de nuestras faltas y de confianza en la bondad de Dios, dispuestos a volver a él y serle más fieles desde ahora? ¿sabemos pedir perdón? ¿preparamos ya el sacramento de la reconciliación, que parece descrito detalladamente en esta parábola en sus etapas de arrepentimiento, confesión, perdón y fiesta?
¿O bien actuamos como el hermano mayor? Él no acepta que al pequeño se le perdone tan fácilmente. Tal vez tiene razón en querer dar una lección al aventurero. Pero Jesús contrapone su postura con la del padre, mucho más comprensivo. Jesús mismo actuó con los pecadores como lo hace el padre de la parábola, no como el hermano mayor. Éste es figura de una actitud farisaica. ¿Somos intransigentes, intolerantes? ¿sabemos perdonar o nos dejamos llevar por la envidia y el rencor? ¿miramos por encima del hombro a «los pecadores», sintiéndonos nosotros «justos»?
La Cuaresma debería ser tiempo de abrazos y de reconciliaciones. No sólo porque nos sentimos perdonados por Dios, sino también porque nosotros mismos decidimos conceder la amnistía a alguna persona de la que estamos alejados.

viernes, 5 de marzo de 2010

... la comprensión

Hoy, tercer viernes del tiempo cuaresmal, la tradición penitencial y el camino de confianza nos llevan a hacer memoria de una cadena de injurias y traiciones que forman parte de nuestro bagaje histórico personal y colectivo. La primera lectura nos refiere cómo José, el hijo de Israel, fue traicionado y vendido por sus hermanos. La segunda nos habla, en forma de parábola mesiánica, de los obreros de una viña que apedrean y dan muerte tanto a los mensajeros como al propio hijo que el amo les envía para liquidar las cuentas de su trabajo; y todas las oraciones nos invitan a mirar hacia Cristo, el Hijo de Dios, que avanza con la cruz de nuestros pecados en el curso de su pasión. De esa forma, los dos relatos de las lecturas aparecen como anticipo y preparación de ánimo para que sepamos apreciar lo que será la traición, prisión, condena y muerte de Jesús.
¡Cuán lejos están los contenidos de esas dos lecturas bíblicas de lo que es una vida según el Espíritu! En ésta, aunque se parte de la personal debilidad, pobreza , humildad y turbación, se va ofreciendo y sirviendo a los demás cuanto se puede de consuelo, animación, paz, amor. Por eso es camino de santidad.
Tomemos una expresión nueva de esa noble actitud mística en Teresa de Calcuta:
Cuando necesite comprensión, Señor, mándame alguien que necesite la mía.
Cuando necesite que me cuiden, mándame a alguien a quien cuidar
Cuando tú y yo, amigo y amiga nos hemos encontrado en la vida en situaciones de ser no bien comprendidos o incluso incomprendidos, ¿hemos  vivido la grata experiencia de superarnos a nosotros mismos haciendo el bien a los demás, comprendiéndolos, acogiéndolos, dándoles lo que parecía faltarnos para nosotros mismos?