lunes, 29 de noviembre de 2010

... sobre wikileaks

Durante este fin de semana me llegó con fuerza el caso de Wikileaks, un portal de internet que difunde material clasificado de los gobiernos, sobretodo el norteamericano. En este espacio se divulga información que ha generado un "cablegate" como lo han llamado algunos en Twitter.Con el caso de “Wikileaks” nos encontramos con dos elementos interesantes de reflexionar: el uso ilegal de las fuentes o la claridad de los acontecimientos.
Hablo de “uso ilegal” porque la manera en que esta organización se ha apoderado de la documentación que presenta no se ha aclarado y hace parte de las grandes dudas sobre el material que en su portal de internet se presenta, se puede hacer uso de un material del cual se desconoce su origen y autenticidad?
Y “claridad de los acontecimientos” porque se habla tanto de las guerras en el Asia cercana, pero en ciertas momentos se generan tantas dudas de lo que verdaderamente allí sucedió: ¿cuáles eran los verdaderos motivos para Estados Unidos realizar esas acciones? ¿qué sucedió allí verdaderamente?
Hoy el mundo de la diplomacia se encuentra entre la espada y la pared de frente a estos documentos que se revelan durante estos días. Para mi como sacerdote comunicador igualmente me interpela el uso de la información. ¿Vale la pena poner en riesgo la seguridad de las naciones por información que no se sabe su procedencia o la manera en que llego a las manos de quienes las difunden, o la verdad esta por encima de cualquier medio que se use para alcanzarla?
Se dice muchas veces que el fin justifica los medios, pero hasta que punto el medio distorsiona el fin. Pienso que hay una tarea difícil de responder de frente a este fenómeno, pero dejo en manos de quienes tienen la información la conciencia de difundirla. Por mi parte, considero que la prensa no es el juez idóneo para clarificar la verdad que lo que allí sucedió.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Informar o desacreditar


Con tristeza descubro como el períodico “El Tiempo” de mi país, demuestra en sus artículos su tendencía a hablar mal de la Iglesia Católica. Son pocas las situaciones positivas que este diario le reconoce a nuestra comunidad eclesial. Donde solo la mirán, a través de la jerarquía, para acusarla, desprestigarla, fomentar el odío y la negatividad hacia una institución que lucha cada día por cumplir su misión: “Anunciar el amor de Jesucristo”.
Durante el año 2010 el periódico lleva escritos 646 artículos que hablan sobre la iglesia católica, teniendo mayor presencia durante los meses de marzo, abril y julio, (ver las estadísticas) pero la pregunta es: ¿de que manera se escriben esas noticias?
Entro frecuentemente a ver el diario, en su versión digital, y me gusta leer lo que aparece sobre mi iglesia. Parece ser que lo único que hay para comentar de ella son los casos de pederastia o los privilegios de la iglesia en la sociedad. Pocas, muy pocas veces he podido entrar al portal y descubrir noticias positivas a la labor que la iglesia realiza.
No se si hospitales, centro de estudios, asilos, guarderías, no ayudan a descubrir una labor valiosa de la iglesia… que estamos presentes en la selva, en el llano, en la costa o en la montaña… lugares donde ni el mismo Estado ha podido llegar, no significará algo?. Bueno,  me gustaría saber cual es la verdadera motivación que lleva a los periodistas de este diario de circulación nacional a escribir sus noticias: informar o desacreditar.
Se que la noticia no es que un perro muerda a un hombre, sino que el hombre muerda al perro… pero el saber que hay tantos hombres y mujeres que día a día entregan su vida por un noble ideal al servicio de los demás creo que vale más que una simple mordida.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Lo público y lo privado en el ciberespacio... tan simple como una galleta


Durante esta semana me encuentro con dos temas bastante inquietantes: la falta de claridad en el concepto de vida privada y vida publica, de lo cual se desprende una búsqueda “desenfrenada” por meterse en la intimidad de los demás.
El ciberespacio pasa de ser una realidad virtual que se encuentra en la “telaraña” de computadores y servidores del mundo entero, ha presentarse como un espacio que influencia de manera directa el mundo real.. Podríamos llegar a decir que ésta red de computadores que en un momento  fue pensada para intercomunicar y transmitir datos, se ha convertido en el espacio social casi imprescindible y en muchas áreas desplazando incluso la relaciones tradicionales
Esta dimensión tiene sus ventajas y desventajas, estamos hablando de una “influencia” o sea penetra la vida de las personas y desde aquí puede ser usado tan positivamente como: mantener relaciones de amistad, agilizar las transacciones bancarias, adquirir bienes y servicios; pero igualmente para violentar, atemorizar, engañar  y hostigar a las personas.
El Santo Padre lo advierte“…en la comunicación hoy tiene un peso cada vez mayor el mundo de la imagen con el desarrollo de tecnologías siempre nuevas; pero si por una parte todo esto conlleva indudables aspectos positivos, por otra, la imagen también puede convertirse en independiente de la realidad, puede dar vida a un mundo virtual, con varias consecuencias, la primera de las cuales es el riesgo de la indiferencia respecto de lo verdadero. De hecho, las nuevas tecnologías, junto con los avances que aportan, pueden hacer que lo verdadero y lo falso sean intercambiables; pueden inducir a confundir lo real con lo virtual. Además, se puede presentar un acontecimiento, alegre o triste, como si fuera un espectáculo y no como ocasión de reflexión. La búsqueda de los caminos para una auténtica promoción del hombre pasa entonces a un segundo plano, porque el acontecimiento se presenta principalmente para suscitar emociones. Estos aspectos suenan como una alarma: invitan a considerar el peligro de que lo virtual aleje de la realidad y no estimule a la búsqueda de lo verdadero, de la verdad.” (Benedicto XVI, Discurso a los periodistas, 2010)
Se pasa del valor de la vida pública al “morbosismo” de penetrar la vida privada de los demás. Un afán desenfrenado por mirar: ¿que sitios visita? ¿a que redes pertenece? Hasta que piensa, come, compra, viaja, en fin… y todo esto a partir de una galleta (cookie) que recoge la información de la vida de todos y se vende al mejor postor.
De verdad, ¿podemos hablar de privacidad en la era del ciberespacio?
La compañía S21sec dedicada a la seguridad informática tiene un decálogo para hacer uso de las redes sociales de manera segura, voy a transcribir esos consejos porque me parecen muy útiles y necesarios.
 
1.- No indiques datos personales como tu dirección, trabajo o teléfono. Esta información puede facilitar tu búsqueda a personas ajenas a tu entorno y de las que no puedes conocer sus intenciones.
2.- Utiliza una contraseña compleja y difícil de adivinar para tu cuenta de usuario. Si otra persona llega a descubrirla podrá acceder completamente a toda la información que tengas almacenada y si lo desea suplantar tu identidad en la Red. Según un estudio de ENISA sobre riesgos en los mundos virtuales, el robo de identidad es el problema que más se lleva a cabo.
3.- Si decides incluir información sobre tus gustos, aficiones o preferencias ten en cuenta que puedes sufrir un bombardeo de publicidad no deseada relacionada con los datos suministrados.
4.- Algunas redes ofrecen la posibilidad de utilizar tu cuenta de correo electrónico para localizar a tus amigos basándose en tu lista de contactos. Ten en cuenta que, si aceptas esta opción, debes suministrar la contraseña de acceso a tu cuenta de correo, por lo que existe el riesgo de que puedan acceder también a tus mensajes.
5.- No incluyas datos bancarios o de tus tarjetas de crédito. Si deseas realizar una compra o efectuar un pago por Internet verifica y utiliza los medios de pago seguros habituales. (conexión https:, Verified by visa, tarjeta prepago, …)
6.- No des nunca información sobre tu situación laboral, familiar o futuros planes y viajes. Con esta información alguien puede saber que tú o tu familía estaréis ausentes del domicilio y facilitar así un posible robo.
7.- Cuando subas fotos o videos ten en cuenta que algunas redes sociales obligan a aceptar la cesión de la gestión de ese material, por lo que tu privacidad puede verse gravemente afectada.
8.- No publiques fotos comprometedoras sin restringir quiénes serán las personas que tendrán acceso a las mismas.
9.- No confíes siempre en todo lo que encuentras en la red, y en especial en las opiniones que puedas encontrar sobre temas “comprometidos” ya que no tienes garantía de su veracidad y puede tratarse de un cebo para captar tu interés y tratar de ganar tu confianza.
10.- Antes de añadir un nuevo contacto a tu lista de amigos trata de informarte bien sobre él y valora si debes incluirlo o no preguntando a tu grupo de amigos más cercano y de tu confianza.