El tema de los prejuicios es una cosa muy seria, en mi reciente viaje fui víctima de uno que me asombro y me motivo a pensar: como estoy lleno de prejuicios. Les cuento la historia.
Realizaba el vuelo entre Paris y Atlanta cuando descubro que en un momento se levantan mis hermanos musulmanes, no les niego que en un principio me asaltaron las dudas, que no se quedaron solo en el principio sino que me acompañaron durante las restantes 5 horas de viaje que faltaban. Ellos buscaban espacios se iban ubicando y a mí me fue llenando de un temor que ni se los describo. Más en un momento se arrodillaron e iniciaron a rezar hacia la Meca. Mi tranquilidad aún no tornaba a pesar que igualmente yo me puse a rezar a Dios. El prejuicio fue más fuerte y la tranquilidad nunca llego hasta que aterrice en Atlanta.
Después de vivir este episodio me preguntaba la estigmatización tan grande que hacemos de las personas y como eso mismo afecta nuestra vida interna, más aún nuestras relaciones interpersonales. La Real Academia de la Lengua Española dice que un prejuicio es una opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal.
Después de la experiencia del avión siento que tenemos que hacernos una revisión frecuente de nuestros “prejuicios” y la manera en que realizamos "una primera observación" de las personas.
