sábado, 26 de marzo de 2011

"...porque no hay nada imposible para Dios"

Cuando nuestras fuerzas no dan más, siempre queda Dios; cuando creamos que no hay otra salida y la situación esta complicado, siempre queda Dios; en los laberintos de la vida y en las incertidumbres de nuestras jornadas, siempre queda Dios.
Dios está ahí presente, vigilante y atento, dispuesto para ayudarte, para tenderte una mano y darte fuerza. Muchos ahora quieren quitarlo de en medio, como si pudieran. Algunos pretenden ignorarlo, como si él quisiera. Otros intentan relativizarlo, como si fuera de su mundo relativizado.
Gracias Dios por estar en mi vida, gracias por manifestarte en mi cotidianidad, por hacerme sentir que no estoy solo y que me acompañas, porque me haces crecer en este tiempo de preparación a la fiesta de la Pascua, porque me ayudas a descubrir mis deficiencias y las enriqueces con tu presencia.
Ayúdame Señor a vivir como tu me sugieres, dame la fuerza para estar de acuerdo a tu generosidad, guiame en tu camino para no desorientarme y perder el rumbo.
Como María, Señor, hoy te digo "hágase en mí según tu Palabra".

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