miércoles, 23 de marzo de 2011

el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes

Dios no se cansa de hablar, todo el día, todo el tiempo, en todo momento. Nosotros seguimos siendo los sordos, ciegos  y cerrados que no nos abrimos a esta experiencia de diálogo con el único que nos Ama. Dentro de las innumerables claves de vida que nos sugiere, en su diálogo, Dios hoy nos habla de ser servidor. Ponerse a servirle a los demás, estar al servicio del otro, si de verdad quiero ser grande ante los ojos de Dios.
Tenemos muy claro frente a quien tenemos que servirle, lo que nos cuesta asimilar es que la grandeza es ante los ojos de Dios. Nos invita a servir a mi hermano el prójimo desconocido que me encuentro en la calle, en el hospital, en el colegio y con un grado de gran responsabilidad mayor con quienes Él nos ha regalado para que caminen a nuestro lado nuestra familia.
El tiempo de cuaresma es un tiempo ideal para reflexionar y evaluarnos, por eso durante estos días he querido mirar mi sacerdocio teniendo presente cada evangelio que a lo largo de este periodo estamos meditando. Servir ha sido para mí mi principal objetivo, seguramente me he equivocado muchas veces y mi servicio se ha convertido en una vanidad, pero por eso siempre me confío en mis hermanos y hermanas que  en muchas ocasiones, con una gran caridad, se han acercado y me lo han mostrado, ayudándome a enderezar el camino. Gracias a ellos y ellas por su generosidad y valentía.
Solo quiero terminar mi reflexión de hoy pidiéndole a Dios que me de la fuerza que necesito para ir asimilando el hombre nuevo que Él quiere de mí y dejar atras mis "pobrezas" y limitaciones.

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