sábado, 19 de marzo de 2011

José hizo lo que el ángel le había ordenado

Obedecer: me fui a consultar el diccionario de la RAE y me encuentro "cumplir la voluntad de quien manda". Pero luego veo la realidad en el mundo de hoy, incluso en mi propia vida, y me descubro que de verdad no nos gusta obedecer. Hacemos lo que nos gusta, lo que nos conviene, lo que nos agrada. Eso de obedecer solo se ejecuta cuando las cosas que me mandan se asimilan a lo que yo considero que se debe hacer. De resto saco las excusas, evito responsabilidades, o esgrimo posiciones con tal de no ejecutar la acción que se me ha pedido.
Existe un dicho "el que obedece no se equivoca", sería bueno siempre recordarlo y ejecutarlo en nuestras vidas. Un hijo debe escuchar a sus padres, un trabajador a su jefe, un discípulo a su maestro, un hijo de Dios al Padre de todos. Saber valorar la experiencia, la sabiduría o simplemente el cargo.
Rezamos con frecuencia el Padrenuestro: "hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo", pero implicitamente sentimos algo diverso: "hágase mi voluntad en el cielo, en la tierra y más allá"... cambiamos los papeles, reordenamos las prioridades, descalificamos los valores, tergiversamos las orientaciones, y amañamos nuestro punto de vista.
Acá tengo un valor para tener en cuenta, un valor para reflexionar y saber aprovechar la figura de San José que nos invita a saber escuchar la Palabra de Dios y obedecerla.

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