domingo, 13 de marzo de 2011

"Get away, Satan"

Que difícil es decir, hasta acá no más. Y empezar una vida nueva. Muchas veces creemos que manejamos determinadas situaciones (fumar, beber, comer, entre otras) y consideramos que están en el nivel adecuado para nuestras vidas (aunque en nuestra conciencia sabemos que no es así) nos dejamos llevar por lo sensorial, por la ambición, por la ansiedad... y tantas y tantas situaciones que se van convirtiendo en nuestras cadenas y nos van esclavizando, porque son ellas las que nos manejan.
En nuestra época actual, donde la bandera del desenfreno y el "sin limite" se hace presente. Hoy la cuaresma nos hace la invitación para ir a un "desierto", allí donde no existe casi vida y poder en ese lugar liberarnos, reencontrarnos con nosotros mismos y sentir el gozo de la vida sin cadenas.  Y vamos a  nuestro "desierto" para confrontarnos con nuestros apegos y libertinajes, las verdaderas esclavitudes que nos corroen y limitan. Pero no es fácil vivir en esta dimensión, quisiéramos salir corriendo, huir, nos ensordece el silencio del desierto, la tranquilidad nos inquieta, la austeridad del desierto nos desespera.
Pero es necesario conscientizarnos  de lo que nos pasa, lo que nos ocurre, lo que sucede en nuestras vidas;  para poder hacer un STOP y reordenar nuestra casa interior. Quien es capaz de reconocer sus limitaciones y errores tiene gran parte del camino logrado.

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