viernes, 12 de marzo de 2010

... como amar?

En este camino de confianza, hoy nos encontramos con el tema del amor, se encarece la vida en el amor, se fijan algunas líneas y orden en el amor; todo queda iniciado y acaba perfeccionado en el amor.
Pero ¿de que amor hablamos? Del amor verdadero. No del amor ‘propio’ que envenena las cosas, ni del amor ‘pasional’ que entenebrece la mirada y la mente, ni del amor ‘al dinero’ o ‘al poder’  que para elevarse a sí mismo machaca a los demás, ni del amor ‘patrio’ que declara la guerra a los demás porque le hacen sombra. Hablamos del amor que florece en corazones nobles, honrados, caritativos, respetuosos de los demás, solidarios con los más débiles o necesitados, cumplidores de la justicia...


Démonos cuenta de que ese ‘amor’ quiere unir cielo y tierra, Dios y hombres, personas humanas, cosmos y espíritus. Se trata de un amor para el que siempre hay un lugar reservado en el corazón.


En la vida otras piezas pueden fallar, pero el amor verdadero no puede faltar.  Sin embargo, da la impresión de que entre muchos mortales escasea el amor verdadero, generoso, magnánimo... Nos lo hacen ver los profetas, pues casi siempre se dirigen a conciencias adormecidas, insensibles al reclamo de la verdad-amor...


Conviene que no nos engañemos con palabras. Para amar de verdad  hay que hacer caminos de fidelidad probada. Si no fuere así, todo serían palabras, palabras y palabras. 


El amor ha de ser:


Único: dirigido al único Dios y Señor. Si se divide, entre Dios y el diablo, no es válido.


De todo corazón: sin resquicio alguno, y poniendo en tensión todas las vísceras.


Con toda el alma: abrazando cuerpo y espíritu, exterioridad e interioridad profunda.


Con toda tu mente: que no consista en meros impulsos sino que goce de luz, de verdad, para que ideas engañosas, egoístas y manipuladoras, no turben la unidad y armonía.


Y esa misma intensidad del amor habría que aplicarla gradualmente a nuestra relación mutua entre los hombres: en solidaridad, justicia, gratuidad, sacrificio, desprendimiento, cercanía. Jesús nos ha puesto las cosas muy difíciles, pero por ahí va el camino de la perfección o santidad de vida.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario