miércoles, 3 de marzo de 2010

.. la envidia

Una de las imperfecciones que causan mucho retraso en la vida espiritual y que se mezclan de manera muy sutil en nuestra vida es la envidia. Es increíble que aun como cristianos no sepamos alegrarnos de los bienes y de las bendiciones que reciben nuestros hermanos, sino incluso que en ocasiones sintamos hasta coraje de que Dios los haya bendecido. Y esto no solo en el plano económico, sino como nos lo presenta hoy el evangelio, en el ámbito social, que se extiende hasta el religioso. Esto, como nos lo dice Jesús, es entendible que se presente en los paganos, en los que no están llenos del amor de Dios… pero ¿en nosotros? Lógicamente esto genera críticas y enemistades. Que diferente sería nuestra vida, si al ver que uno de nuestros hermanos recibe una bendición, diéramos gracias a Dios por ser bueno, aun con los que “según nosotros” no merecerían tal o cual favor; o si en lugar de entristecernos nos alegráramos al compartir la felicidad de quien se ha visto favorecido con un don o con una gracia; si en lugar de desacreditar a nuestro hermano, buscando todos sus defectos, reconociéramos que nosotros no somos mejores y que Dios, como Padre bueno, da a cada uno no como merece sino en base a su infinito amor… Seguramente que nuestra vida estaría llena de paz y de alegría. Cambia tu actitud y “verás que bueno es el Señor”.

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